Comparto este reportaje que me ha emocionado sobre Vía Láctea, las madres que tantísimo me ayudaron y sostuvieron en mis puerperios y crianzas. Comienza con una mamá llamando por teléfono a Araceli: esa fui yo hace diecisiete años, cuando necesitaba llamar a Via Láctea mientras sostenía a mi bebé de tres meses en brazos. Araceli era la madre que me atendía mientras freía patatas para la cena de sus hijos. Me escuchaba y al colgar yo me sentía mucho mejor: era todo un bálsamo.
Breve reportaje en el que también sale Teresa, que da los mejores abrazos del mundo. O Mari Carmen, que me llevó a casa en su furgoneta, tras mi primera visita a Via Láctea, estando yo aún embarazada por vez primera. Araceli que me llamó cuando mi segundo hijo seguía ingresado en la UCI y yo apenas acababa de llegar a casa, sin bebé y con grapas aún en el vientre, para preguntarme si había comido ya. Al escuchar mi extrañeza «¿comer?¿yo?» (ni lo había pensado, tenía que volver en dos horas al hospital a amamantar) se plantó en mi casa diez minutos más tarde con Mari Carmen en su furgoneta para traerme una comida que había cocinado pensando en mi. Nunca olvidaré las lágrimas que derramé comiendo aquellas albóndigas: la gratitud que sentí al descubrir que había una red de madres que sabían todo lo que estábamos pasando y que nos cuidaban de aquella forma tan amorosa y discreta a la vez.
Mujeres como Julia Minguez, maravillosa enfermera que tanto bien ha hecho de manera casi invisible a tantísimas madres. Eso es la Via Láctea, las que salen en este reportaje y muchísimas más que no se ven, pero atienden, escuchan, visitan, se organizan para cuidar gratuitamente, amorosamente, muy especialmente a las madres que más lo necesitan (necesitamos) en uno de los momentos más díficiles de nuestras vidas: el puerperio.
¡Gracias lácteas!
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4 comentarios en “Vía Láctea”
Gracias por esta entrada entrañable Ibone, es un orgullo pertenecer a un grupo de madres. Gracias Vía Láctea por abrir camino.
Me ha emocionado leer esto, para mí pertenecer a una asociación pro-lactancia y poder apoyar a otras madres es de las cosas más bonitas que me ha dado la maternidad (junto con mi hijo, claro!). Esa sensación de gratuidad… es una maravilla, a pesar de lo difícil que resulta sacar tiempo para ello. Gracias Ibone y gracias a Vía Láctea por su ejemplo!
Gracias a ti, Ibone, porque has devuelto a la vida con creces lo que te ha ido dando. Y gracias por nombrar las cosas sencillas, esas que nos permiten vivir cada día.
y en realidad, el apoyo entre madres. 🙂 yo nunca olvidaré que un día después de mi parto y encima en plena mudanza… mientras devolvía las llaves de la casa vieja a mi casera, mi buena amiga me hacía la cena y me llenaba la nevera. Las mejores fajitas que he comido en la vida.
Las redes de madres se hacen así: ayer te tendió Araceli, tú atiendes a alguien hoy y esa mamá dedica su tiempo a escuchar a otra mañana. ¡Qué hermoso!