Foto del libro Psicología del embarazo

Extracto del capítulo 7 del libro Psicología del Embarazo, de Patricia Fernández Lorenzo e Ibone Olza, editorial Síntesis 2020.

La práctica de que mujeres pobres gestaran bebés para mujeres o parejas de clases privilegiadas infértiles es más que antigua. En las últimas décadas, en torno a la industria reproductiva, se ha generalizado en algunos países como algo aceptable, nombrándose como subrogación o calificando todo el proceso de “técnica” de reproducción asistida. La práctica de que una mujer geste un bebé que criarán otros es en la actualidad legal en algunos países, con mayor o menos transparencia en lo que se refiere a la retribución que recibe la mujer que gesta, lo que recibe el calificativo de “altruista” o “comercial” según el caso. Las investigaciones sin embargo refieren que incluso cuando se califica de altruista rarísimamente es así. Por el contrario, la dificultad de encontrar mujeres que acepten dichos contratos en los países ricos ha generado toda una deslocalización de esta industria que ha florecido en países más pobres como Ucrania o los países del sudeste asiático, donde con frecuencia son las madres más empobrecidas las que gestan por dinero. Diversas asociaciones, investigadoras y activistas feministas vienen denunciando las abusivas condiciones de esos contratos y las prácticas que implican, calificando todo el proceso de explotación reproductiva  (Guerra-Palmero 2017). La relatora de Naciones Unidad también ha expresado su preocupación por la posible trata de seres humanos recién nacidos.

En España la subrogación del embarazo se ha beneficiado de una laxitud regulatoria. En los medios de comunicación las personas o lobbies más interesadas en legalizar esta práctica la han retratado eufemísticamente como una técnica más de reproducción asistida o un ejemplo de altruismo y generosidad entre mujeres etc. Nada más lejos de la realidad, las investigaciones y el mencionado informe de la relatora de la ONU publicado en 2018 describen un panorama muy diferente, que equipara la práctica de gestar bebés para otros con la trata y el tráfico de recién nacido, describiendo todos los abusos que se pueden dar etc. Según dicho informe:

“las redes comerciales de gestación por sustitución trasladan a madres de alquiler de un país a otro, a veces cuando están embarazadas, para eludir la legislación nacional; en un caso, las autoridades tailandesas descubrieron y liberaron a 15 mujeres vietnamitas, a raíz de lo cual se presentaron cargos por trata de personas en el contexto de un plan de criadero de bebés”.

Lo que indica una realidad de explotación reproductiva que con la reciente pandemia por COVID aun ha quedado más visible, al quedar numerosos recién nacidos en países como Ucrania al cuidado de las clínicas durante meses.

Desde posicionamientos feministas se viene denunciando la gestación subrogada como una forma especialmente cruel de explotación reproductiva que vulnera los derechos de madres y recién nacidas. Aunque por razones de extensión no vamos a entrar en todos los matices y complejidad de la cuestión, remitiendo a otras fuentes, nos parece necesario visibilizar brevemente en este capítulo los aspectos que nos hacen calificar la gestación subrogada como situación de alto riesgo tanto para la gestante como para el bebé que nace. Mas allá del contexto, consideramos necesario en un libro de psicología del embarazo revisar las premisas que se pueden dar en esos embarazos, sintetizándolas en los siguientes puntos:

  1. El deseo de embarazo en la gestación subrogada. Las investigaciones muestran que las motivaciones que llevan a gestar para otros casi siempre pasan por una necesidad económica (Saravanan 2013). Es posible además que la motivación para la gestación venga de terceros, como puede ser la pareja, en contextos de violencia de género y/o explotación reproductiva, por no hablar de los casos más graves de trata de mujeres para gestación que se han reportado sobre todo en países del sudeste asiático.
  2. El proceso psíquico del embarazo en estos casos se verá enormemente dificultado, siendo a grandes rasgos posibles dos escenarios:
    • Si la gestante se vincula con el bebé que gesta, inevitablemente surgirá una profunda reacción de duelo tras el parto y separación de un bebé que se siente propio
    • Si la gestante logra distanciarse y no vincularse de un bebé que no siente como suyo, surge la pregunta de cómo afectará este distanciamiento materno a la salud del bebé que gesta. Las experiencias de adultos que vivieron durante el embarazo el rechazo materno pueden ayudarnos a pensar en las consecuencias de la subrogación para el bebé.
  3. El proceso neurobiológico y transformador del embarazo es de tal fuerza que, pese a esos posibles esfuerzos por la no vinculación, es probable que la ambivalencia sea aún mayor en estos embarazos, o que las mujeres puedan vivenciar un cambio en su propio sentir a lo largo del embarazo, con la tensión psíquica que todo ello puede conllevar. Un estudio cualitativo analizó las experiencias de madres iraníes en la subrogación (Ahmari Tehran et al. 2014). Todas las participantes afirmaron que intentaron no tener sentimientos maternales hacia el bebé en su útero, y todas se había preocupado enormemente por la salud del bebé. Las gestantes expresaban su miedo a que se complicara algo o a perderlo y no recibir los ingresos.

“Tenía mucho miedo a que el bebé fuera retrasado, y entonces no lo fueran a querer y tuviera que quedármelo yo: ¿qué iba a ser de mi con un bebé retrasado?” Mucho miedo a perderlo en un aborto y no ganar el dinero. “No cubrieron todos mis gastos”

En el mismo estudio las mujeres nombraban la difícil situación que vivían con sus maridos y otros hijos anteriores:

“Mi marido dejó de tener relaciones conmigo…No me dijo porque, pero me imaginé que era por miedo a dañar al bebé. Me molestó mucho, pero me aguanté para no molestarle…”

“No supe que decirle a mi hija pequeña. Me preguntaba a menudo:  Mamá: ¿me vas a traer un hermano o una hermana? No fui capaz de decirle nada”.

“Tenía miedo a que lo supiera el resto de la familia. Nosotros no teníamos más hijos por dinero, ¿qué iba a decir si me preguntaban? Mi marido me decía que les dijera que había sido un accidente…” (Ahmari Tehran et al. 2014).

  1. Los riesgos derivados del llamado “contrato”. Entre otros se han descrito prácticas lesivas como que si el bebé tiene problemas los que lo han encargado pueden pedir que se interrumpa el embarazo incluso si la gestante desea continuar con el mismo (Katz Rothman 2014).
  2. El riesgo de violencia obstétrica, entendiendo como tal que se programe el parto o cesárea sin indicación médica solo para que puedan estar presentes los que se quedarán con el recién nacido, la separación del bebé nada más nacer, y otras prácticas.
  3. En cuanto al posparto, el escenario es complicado. La vivencia del bebé es en muchos sentidos comparable a la del recién nacido cuya madre muere en el parto, especialmente en el contexto de la subrogación internacional donde el recién nacido ni siquiera llega a saber o conocer a quien le gestó. El bebé se encuentra así iniciando la vida con el duelo por la pérdida de la madre que lo ha gestado. Para la madre, tras da a luz la vivencia también puede ser de duelo, lo que previsiblemente, sumado a la dificultad social para visibilizar esos duelos, incremente el riesgo de depresiones, psicosis posparto e incluso muerte materna por suicidio (Olza, 2018).

 

REFERENCIAS

  • AHMARI TEHRAN, H., et al, 2014. Emotional Experiences in Surrogate Mothers: A Qualitative Study. Iranian Journal of Reproductive Medicine, July 01, vol. 12, no. 7, pp. 471-480 ISSN 1680-6433.
  • GUERRA-PALMERO, M.J., 2017. Contra La Llamada Gestación Subrogada. Derechos Humanos Y Justicia Global Versus Bioética Neoliberal. Gaceta Sanitaria, Nov, vol. 31, no. 6, pp. 535-538. Available from: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213911117301462 CrossRef. ISSN 0213-9111. DOI 10.1016/j.gaceta.2017.05.009.
  • KATZ ROTHMAN, B., 2014. The Legacy of Patriarchy as Context for Surrogacy: Or Why are we Quibbling Over this?. The American Journal of Bioethics : AJOB, vol. 14, no. 5, pp. 36-37 ISSN 1536-0075. DOI 10.1080/15265161.2014.894820 [doi].
  • OLZA, I. 2018. Los aspectos médicos de la gestación subrogada desde una perspectiva de salud mental, holística y feminista.  Dilemata, 28, 1-12.
  • SARAVANAN, S., 2013. An Ethnomethodological Approach to Examine Exploitation in the Context of Capacity, Trust and Experience of Commercial Surrogacy in India. Philosophy, Ethics, and Humanities in Medicine, vol. 8, no. 1, pp. 10. Available from: https://doi.org/10.1186/1747-5341-8-10 ISSN 1747-5341. DOI 10.1186/1747-5341-8-10.

 

 

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2 comentarios en “Nuevo artículo: Psicología del embarazo subrogado”

  1. HOLA
    Me ha movilizado mucho la lectura de tu artículo, que pone de manifiesto la parte oscura y violenta de la maternidad subrogada, que en su momento no veía. Es un tema ético, moral, legal y por demás super complejo. Personalmente creo que hay un sesgo en la discusión que se genera sobre el tema , y es menester tener una discusión con fundamentos científicos, lo que has hecho al escribir este artículo. Que es preciso regular, no tengo la menor duda. En muchos países no es permitido, pero hay brechas legales.
    He tenido la experiencia de tener un sobrino a través de reproducción asistida y maternidad subrogada, constatar la familia que han constituido ha sido una buena práctica de este procedimiento. Cierto que la práctica da lugar a mucha vulneración de derechos para la madre y el bebé. Y cuando hablo del tema, planteo la necesidad de que sea una práctica garantista de los derechos, tanto de la madre que lleva el embarazo como del bebé. Muchas mujeres que no pueden tener hijos, encuentran una oportunidad de crear su familia a través de la reproducción asistida, y me parece es una posibilidad válida para formar su familia, por tanto considero que es menester particularizar los casos. Me interesa tener más conocimiento del impacto de la maternidad subrogada en el bebé. He estado buscando artículos sobre investigación del impacto en los bebés que nacen a través de este procedimiento. Gracias por compartir este artículo, por leer mi comentario y sobre todo que me des la posibilidad de discutir sobre el tema usando las evidencias científicas.

    Josefina Luna
    República Dominicana

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