– ¿Que pasará con mis pacientes?
– Los pacientes no son tuyos ni son de nadie.
Esa fue la respuesta que me dieron hace ahora cuatro años, cuando el ambulatorio público donde trabajaba como psiquiatra infantil en el centro de Madrid pasó a manos privadas. A los profesionales prácticamente no nos informaron de nada a lo largo de un arduo año: supimos más de lo que iba a pasar por la prensa que por nuestros jefes directos. En la que creo fue la única reunión en que nos informaron de algo se me ocurrió preguntar que iba a pasar con mis pacientes y eso fue lo que me dijeron: los pacientes no son tuyos ni son de nadie, y tú no tienes que preocuparte por ellos. Aquella respuesta me llenó de indignación porque lo que mostraba era un profundo desprecio a la relación terapéutica que es la base de todo nuestro trabajo en salud mental y en medicina. Me dejó algo muy claro: los pacientes no les importaban, y yo tampoco.
De alguna forma ya lo intuía, pero me sorprendió la desfachatez con que lo afirmaron. Los pacientes no son de nadie, los profesionales no contamos para nada, y nuestra salud tampoco importa. Somos pacientes y somos profesionales. Cualquier buen gestor sanitario debería saber que la satisfacción laboral de los profesionales es algo clave para el rendimiento. En la medicina más si cabe: la salud psíquica de los sanitarios es clave y debería ser prioritaria, para poder cuidar tenemos que sentirnos cuidados. Durante los últimos años hemos asistido a todo lo contrario: no sólo se nos ha ninguneado constantemente, también nos hemos sentido muy maltratados. Como digo lo que más me ha chocado a mi ha sido la desfachatez con que algunos políticos han despreciado públicamente nuestro esfuerzo.
Y eso que yo siempre me he sentido orgullosa y privilegiada de poder trabajar en la sanidad pública. De poder atender con la misma dedicación y entrega a niños y niñas y familias de todo el escalafón social. De trabajar en equipo con profesionales, de sentirnos parte de un sistema universal, y en cierto modo democrático. Claro que la sanidad pública también tiene muchos problemas, en mi opinión entre otros la corrupción y la medicalización de la vida, el derroche que ha habido en tantos aspectos en mi parecer innecesarios…Pero no creo que vaya mejorar nada con el plan actual sino todo lo contrario. (En salud mental aún será más grave el efecto, como bien ha señalado la AMSM)
¿Que hacer ante el desmantelamiento de la sanidad pública madrileña? Aquí surgen mis dudas. Soy activista de varias causas y en la última década he peleado mucho en diversos frentes precisamente para mejorar nuestro sistema público de salud (muy especialmente la atención a madres y bebés). Sin embargo nunca he hecho huelga, porque nunca he pensado que dejar de atender a mis pacientes fuera a mejorar las cosas sino todo lo contrario. Tampoco me gustan las manifestaciones, no me gusta los gritos ni los chillidos, no me gusta molestar a la gente ni cortar el tráfico, me siento borrega en las multitudes. He batallado de otras formas, de mil maneras, siempre he creído en las redes de ayuda mutua, en las movilizaciones casi al margen del sistema, en la resistencia cívica… He participado en el 15 M y he gozado con las asambleas y debates de la ciudadanía. No me gustan los mitines ni las arengas. Me gustaría que encontráramos otras formas de protesta más creativas, más solidarias, más bonitas y ¿porqué no? más divertidas.
La sanidad pública hay que defenderla, sí, pero ¿cómo? Aunque esta vez creo que voy a secundar la convocatoria de huelga de AFEM, me encantaría saber que opináis vosotras y vosotros, los y las que me leéis. Agradeceré vuestros comentarios: ¿qué pensáis?
P.D: Gracias por vuestros comentarios y correos. A 21 de noviembre, tras haber escuchado y leído mucho sobre lo que conlleva el plan que propone la Consejería de Sanidad madrileña no me queda ya ninguna duda: me sumaré a la huelga indefinida que convoca AFEM.
9 comentarios en “La sanidad no se vende, se defiende”
Por que se ha cancelado una semana antes de forma súbita la ii jornada de investigacion en lactancia materna?
El Comite Organizador ha valorado que habiendo una huelga indefinida convocada desde el próximo lunes, a la que la mayoría de nosotros nos vamos a sumar masivamente, no había garantías de que la jornada se pudiera realizar con normalidad, por lo que se ha optado por posponerla.
Te animo a que te movilices por esta buena causa.
Siento que la huelga indefinida es una buena herramienta para hacerse oír y conseguir cosas en un momento tan critico como este.
Quisiera enlazar tu entrada en mi blog, pues creo que desde tu perspectiva todo tiene más valor que desde fuera.
Gracias y adelante!
Yo soy partidaria de la huelga indefinida. Quizá a día de hoy, en un momento en que muchos derechos están a punto de extinguirse sea la única escapatoria.
En educación muchos pensamos que las cosas hubieran sido diferentes con esta arma, pues un día de huelga cada par de meses no arreglo a penas nada…
Me gustsria enlazar esta entrada en mi blog, si no te importa, pues creo que él comentario fe alguien que esta desde dentro vale más que cualquier otro..
Gracias!
Ibone, únete a la huelga, dejarás a tus pacientes por un día pero a lo mejor consigues que no te los roben para siempre.
Es difícil posicionarse en una huelga en la que puedes perjudicar a los pacientes, pero quizás ellos mismos deberían unirse a nuestras reivindicaciones. Todavía no hay consciencia de lo que se avecina, cada uno busca solucionar su problema sin darse cuenta de que sanidad somos todos y que no podemos permitir que se convierta en un negocio que – dicho sea de paso- pocos podrán pagar……
La verdad es que me resulta difícil compaginar una huelga indefinida con el mantener la atención a los pacientes… Lo malo es que no se me ocurren alternativas, sobre todo ninguna alternativa realista!! Cuando han sido huelgas de un día siempre las he secundado, pero una indefinida, choca frontalmente con lo que yo entiendo como responsabilidad profesional…. porque los pacientes no serán míos, pero aún así los siento como de la familia, y me fastidia pensar que, secunde o no secunde la huelga, igualmente me despedirán a partir del uno de enero (que termina mi contrato).
Besicos y ánimos para tod@s los compañer@s, yo aún no sé qué decidiré.
Echale un vistazo a este post. Hay muchos médicos conscientes:
http://www.doctorcasado.es/2012_10_01_archive.html
Hola Ibone;
Pues yo creo que sí merece la pena que te movilices, que participes solidariamente de las protestas….Y ¿por qué no? que propongas formas alternativas, originales y divertidas de hacerlo.
Aunque no te guste la huelga, los sindiactos, o las manifestaciones al uso. Si no las secundas simplemente otorgas a los poderosos el beneficio de tu silencio, de tu aceptación y demuestras sumisión al nuevo sistema que pretenden implantar.
Tal vez lo hagan igual finalmente, pero al menos que no sea sin tu manifiesta oposición¿no?
A mi me gustaría que los trabajadores sanitarios ejercierais una resietencia pacífica a los nuevos gestores privados, que os pusierais de acuardo para no acatar sus injustas órdenes, , y simplemente siguierais trabajando como hasta ahora…Imagino que será complicado, pero seguramente no imposible.
Un abrazo