Foto de Carol Renaux para IESMP
Hoy empieza la semana mundial de la lactancia materna así que voy a aprovechar para comentar por aquí algunos estudios recientes sobre lactancia que me han gustado especialmente.
El primero es una revisión sistemática sobre las experiencias con la lactancia de madres con trastorno mental grave. La autora principal es Natasha Baker, matrona británica especializada en salud mental.
El artículo es este y se puede leer en abierto:
- Baker N, Bick D, Bamber L, Wilson CA, Howard LM, Bakolis I, Soukup T, Chang YS. A mixed methods systematic review exploring infant feeding experiences and support in women with severe mental illness. Matern Child Nutr. 2023 Oct;19(4):e13538.
Bajo la etiqueta de “trastorno mental grave” se han incluido a las madres que padecen trastornos graves como la esquizofrenia, trastorno bipolar o depresión con síntomas psicóticos, que afectan seriamente el funcionamiento cotidiano y requieren tratamiento especializado. También hace referencia a los TCA graves. En total se incluyeron 18 estudios en la revisión.
Como señala en la introducción, estas mujeres tienen más posibilidades de tener embarazos complicados, en parte por la psicopatología que descompensada puede complicar el embarazo, en parte por la falta de cuidados especializados.
El caso es que, aunque más de un 80% de estas mujeres deseaban amamantar, la mayoría destetaban mucho antes de lo deseado.
¿Porqué? No sólo por la falta de apoyo, sino porque en muchos casos los profesionales de salud mental perciben la lactancia como un obstáculo para la estabilidad materna y ponen infinidad de pegas o envían mensajes contradictorios. Es decir, el principal obstáculo resulta ser el desconocimiento de los profesionales de salud mental, poco o nada formados en lactancia.
Ante cualquier dificultad o problemas con el sueño por ejemplo rápidamente se recomienda la introducción de formula para que la madre descanse, sin valorar a fondo las circunstancias y minimizando el deseo materno de amamantar.
La mayoría de los psicofármacos son seguros durante la lactancia (para cualquier duda consultar https://www.e-lactancia.org/), pero muchos médicos todavía desconocen ese dato o ignoran tanto los beneficios de la lactancia que prefieren pecar de prudentes y desaconsejar la lactancia. Una pena.
El problema de fondo, en mi opinión y experiencia, es que la mayoría de profesionales aun desconocen o ignoran lo profundamente terapéutica que puede resultar la lactancia. Acompañando y atendiendo a madres con diagnósticos de trastorno mental grave eso es lo que he aprendido de las que han logrado amamantar como deseaban. Muchas me han dicho que nunca han estado tan bien como durante la lactancia (el factor estabilizador de la prolactina aun esta poco investigado) o incluso se han sentido curadas. La lactancia y la relación con el bebé pueden ser especialmente sanadoras para mujeres que sufrieron experiencias infantiles de maltrato o traumas de apego, que en muchos casos están en el origen del trastorno mental grave. Reconocer esto no implica presionar a nadie para que amamante. Pero si significa tener que formarse, comprender y valorar cada caso con tiempo y compromiso, escuchando y valorando que apoyos tiene cada madre.
Ante cualquier dificultad con la lactancia hay que valorar la salud mental materna. Con demasiada frecuencia es una depresión posparto no diagnosticada lo que hace que una madre sienta que tiene poca leche o que no pueda amamantar a demanda porque no puede disfrutar de la interacción. Otras es un trastorno de ansiedad lo que motiva que la madre esté excesivamente preocupada buscando constantemente patologías en su bebé, con mucho miedo a que muera o enferme, lo que también entorpece enormemente la lactancia.
En resumen, es urgente que los profesionales que atienden a embarazadas y madres se formen en lactancia y salud mental o en psiquiatría perinatal.