La primera vez que escuché a Nils Bergman decir que la mayoría de las secuelas que los médicos atribuimos al nacimiento prematuro son en realidad secuelas de haber sido separados de la madre y mantenidos aislados en incubadoras me quedé perpleja. De eso hace más de quince años y todo este tiempo Nils ha seguido investigando la validez de esa afirmación, que muchos neonatólogos se resisten a aceptar. Poco a poco, y gracias al enorme trabajo de muchísimos profesionales, se ha logrado convencer y aceptar de que los prematuros están mejor «en canguro», es decir, cuando se aplican los cuidados del llamado «método madre canguro» consistentes en poner al bebé en contacto piel con piel con la madre u otra persona cuidadora y facilitar la lactancia, y que con ello mejora enormemente su pronóstico y calidad de vida. Sin embargo cuando nace un gran prematuro o inestable se le sigue poniendo en la incubadora y esperando «a que se estabilice» para pasarlo con la madre, lo que a veces tarda días o incluso semanas, con la consiguiente angustia para las madres, dificultades para la lactancia, y soledad para el pequeño recién nacido.
En 2018 Nils Bergman logró poner en marcha un estudio multicéntrico, inicialmente diseñado en Suecia (estudio IPISTOSS) para introducir una nueva forma de cuidados a esos bebés tan pequeños e inestables: no esperar a que se estabilizaran, sino por el contrario, promover la separación cero desde el momento del nacimiento. Desarrollaron la forma de hacerlo en Suecia y luego llevaron a cabo el estudio en 5 países, comparando la evolución de los bebés que recibían el cuidado habitual (que incluía ponerles en canguro una vez estabilizados) con la variable experimental de dejarles en canguro nada más nacer. Tuvieron que detener el estudio antes de finalizarlo porque vieron que la diferencia era muy importante: en el grupo control morían más bebés, es decir, ¡no era ético no aplicar el canguro nada más nacer a todos los bebés inestables!
El estudio se publicó en el New England Journal of Medicine y fue la base para las nuevas recomendaciones de la OMS de 2022 y 2023. Sin embargo, en la gran mayoría de hospitales no se aplica, entre otras cosas porque muchos médicos «no termina de creerlo» o piensan que esto «sólo es válido para países pobres». Es desolador comprobar como día a día tantísimas madres y padres que tienen un bebé prematuro escuchan cosas como «hay que esperar a que se estabilice antes de hacer canguro» o «todavía no podemos sacarlo de la incubadora, todavía no podéis cogerlo en brazos».
Con el fin de acelerar este cambio en los cuidados desde el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal que dirijo hemos preparado la campaña de sensibilización #SeparaciónCero #MetodoMadreCanguroInmediato. Os animo a participar y colaborar difundiendo todo este conocimiento que puede salvar muchas vidas, aliviar el sufrimiento de muchos bebés y familias y prevenir muchas secuelas físicas y psíquicas.