Estados Unidos tiene la tasa de mortalidad materna más elevada de los países llamados «desarrollados». Casi mil mujeres fallecen cada año dando a luz o por causas directamente relacionadas con el embarazo, parto y posparto. Entre otras debido a:
- falta de atención médica y/o seguro que la cubra
- trastornos psiquiátricos perinatales: depresión, ansiedad, suicidio, consumo de drogas y las complicaciones médicas derivadas de los mismos
- medicalización del parto: cesáreas, inducciones, y demás intervenciones que ponen en peligro la vida de madres y bebés, en resumen: violencia obstétrica a veces con resultado fatal.
Ahora un equipo de investigadores intenta visibilizar y nombrar estas muertes, para lo que han armado una web donde esperan recoger las historias de las entre 700 y 900 madres fallecidas en 2016. Ya han recopilado las historias de unas 120. Muchas, muchísimas, eran evitables con una atención sanitaria correcta. Leer sus historias es necesario para comprender la dimensión del drama y del problema.
3 comentarios en “Las madres muertas”
Son historias muy duras, pero bien es cierto que tu opinas siempre mal de la subrogación. Es normal que la seguridad social no nos ayude a nada de esto. Pero claro, ellos consideran que lo nuestro no es un problema de necesidad. Por ello nos tenemos que ir de España y nuestros hijos tienen que sufrir traslados entre países cuando aun solo cuentan unos días de vida. Es una situación muy dura la verdad.
Se me ha hecho duro leer solo este post. Ni me imagino leer las historias. Con tranquilidad, en la privacidad de mi habitación.
Yo estuve a punto de morir en el parto de mi hijo. Una coagulopatía de consumo dijeron…durante 7 horas estuve muriéndome, desangrándome, sin que nadie actuara más que para subirme la tensión cuando esta volvía a bajar a 4/2 y vuelta a transferirme más sangre. 7 horas….hasta que le dije a mi ama que ya no podía más y se puso a gritar como una loca por mí para que mandaran a alguien más, a algún ginecólogo que supiera qué hacer.
Vino la ginecóloga. Le dijo a mi madre que estaba muy grave y que me llevaban a quirófano.
Demasiados sentimientos para resumirlos en un comentario. Dolor, mucho dolor, y mucho duelo posterior. Tuve suerte y estoy viva. Tuve suerte y el apoyo de mi marido y mi madre junto con la LACTANCIA me sacaron del agujero. Como luche por esa lactancia, que fue mixta y muy corta, pero crítica. Quizás más para mí que para mi peque, aunque nos vino genial a los dos.
Ojalá el mundo no tuviera tanta prisa en que las mujeres diéramos a luz.
Sanidad privada sin acceso universal…