Por medio de la presente entrada manifiesto mi más firme intención de no volver a utilizar  las palabras «hijo de puta» como insulto en lo que me quede de vida.

No es que lo haya usado muy a menudo, pero cada vez que salía de mi boca o de la de los demás  -«hijo de puta» -me sentía más y más  incómoda y me preguntaba ¿pero qué culpa tendrán las putas?¿Y las madres putas?¿Y las madres?

Finalmente lo he estado pensando y creo que en ese insulto se resume todo. Lo peor que se puede decir de alguién , ¿no? Todo el odio que nuestra sociedad patriarcal manifiesta hacia las mujeres, hacia nuestros cuerpos, hacia nuestro sexo, hacia las madres, está ahí, en ese insulto. Toda la hipocresía, toda la misoginia, todo el maltrato, todo el desprecio. Hacia las putas, hacia las madres, hacia los hijos y las hijas. La doble o la triple moral.

No se persigue la trata de mujeres, la esclavitud aquí y ahora, en nuestro país, en nuestras carreteras. Los  macroburdeles sólo son noticia cuando hay trifulcas entre las mafias que los controlan. La mayoría de los hombres a los que he preguntado me dicen que ellos no pagan ni han pagado por el sexo. Las cifras no me cuadran. La prensa patriarcal suele venir con páginas enteras de anuncios de contactos, vaya eufemismo, donde se anuncian «niñas asiáticas de 18 años» y promente  ir «sin goma hasta el final«. La corrupción copa ahora las portadas y preocupa que políticos chulescos se gastaran el dinero «de todos» «en putas y cocaína» . Se investiga de dónde procedía el dinero, pero no si las mujeres estaban ahí libremente o si por el contrario, como sabemos sucede mayoritariamente en nuestro país, estaban sometidas, maltratadas, aterrorizadas o drogadas.

Los hijos e hijas que he conocido de madres que se dedicaban a la prostitución eran, son como todos los niños y niñas. Las madres y mujeres que he atendido y escuchado que trabajan en ello siempre arrastraban historias de vida llenas de abusos, malos tratos y dolor.

Por ellas, por nosotras, no lo volveré a usar ni a decir como insulto. Ni tampoco «de puta madre» , ni putada, ni putón verbenero, ni putadica. Que la situación de tantísimas mujeres y niñas deje de ser un tema banal, una broma de mal gusto, un insulto. Contribuyamos con nuestro lenguaje a visibilizar la violencia del patriarcado. Todos somos hijos e hijas: de madre.

 

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15 comentarios en “Hijo de puta, hijo de madre”

  1. Enhorabuena!!! Efectivamente debemos reflexionar para dejar de actuar los «micromachismos» que se nos cuelan a todos después de tantos años de vivir en una sociedad patriarcal!! Muy bien explicado!!!

  2. Pingback: Machismo en el feminismo – el cartapacio de gollum

  3. María Augusta Rodrigues

    Yo también me he propuesto este objetivo, creo que desde que lo leí en esta entrada…. Ya no me acuerdo. Me está costando bastante…
    Hoy me estoy dando un atracón de lectura con tu blog, releyendo entradas y leyendo otras nuevas. Saludos y muchas gracias por tus textos que me han ayudado tanto a mirar por debajo de la superficie.
    Saludos, María Augusta Rodrigues

    PD: increíbles las cifras de tu blog en su primer año, enhorabuena!!

  4. Precioso Ibone. Cada vez que voy de viaje y veo burdeles a decenas a ambos lados de la carretera se me revuelve el estómago de pensar en el sufrimiento que debe haber ahí dentro y sobre el cual nadie hacemos nada. Mil gracias.

  5. Pingback: Hijo de puta, hijo de madre « Musa Cafeína

  6. No había recapacitado nunca sobre lo que esconde tras de sí esa frase. Gracias por dar la luz que siempre encuentro cada vez que entro a tu blog.
    Un beso.

  7. Enhorabuena por la entrada! Has dado voz a tantas madres que sufren en una sociedad de corrupción y mafias. Me uno a ti para dejar de usar este insulto

  8. Muy buena entrada, Ibone, gracias.

    Sin embargo, yo creo que se puede dar otra vuelta de tuerca y encontrar otro «sentido oculto» detrás de esa frase, además de la misoginia (como ocurre, por ejemplo, con las frases biblícas, muchas veces verdades disfrazadas o tapadas por el tufo misógino).

    Creo que el sentido último de la frase puede tener que ver con que los hijos de las «putas» no estarían -debido a «su trabajo»- lo suficientemente bien atendidos. Serían entonces hijos poco atendidos (y que por tanto devienen «malas personas»).

    Claro está que eso no tiene por qué ser así, y que las «putas» pueden criar mejor que cualquier «señora», además de que la división entre «putas» y «señoras», «putas» y «madres» o «putas» y «vírgenes» es una de las grandes falsedades y crímenes del patriarcado.

    Abrazos!

  9. Nunca he dicho este insulto, pero sin duda he escuchado y leído a mucha gente decirlo en tono despectivo, despreciativo, no se realmente cuales sean los orígenes de todo esto pero en definitiva concuerdo que es todo el odio patriarcal resumido en una palabra, el desprecio hacia el cuerpo y al placer que de este emana. Hace un tiempo vi un video poema deslumbrante sobre el tema:https://www.youtube.com/watch?v=0BwszsbizaI

  10. Beatriz Villafaña

    GRACIAS IBONE!!!
    Es un gusto leerte y adenmás encontar un tema que ya hace mucho me hacía ruido…!!!
    Y si, todas las niñas y los niños, son hijas de madre!
    Saludos desde México
    Beatriz

  11. Querida Doc, me uno al aplauso de Claudia Pariente y es que hoy conectadas con esa cavilación que me daba alas en mi cabeza cuando los futbolistas colombianos se sintieron ofendidisimo por que les han dicho «prostitutas».. oh que tu entrada ilumina el enredo de mi cabeza. Un abrazo desde Floridablanca, y hoy conectadas que te he enlazado en la entrada de mi blog.

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