No están todos los que son pero son todos los que están. Tengo la suerte de trabajar y sobre todo de pensar el mundo con esta gente tan bonita. Esta escuela perinatal es el think tank del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, un lugar seguro donde llevamos años pensando en cómo cambiar la manera de nacer y de cuidar a los que llegan al mundo y a sus familias. Pero es mucho más: un círculo mixto que sostiene y escucha en todas las crisis. Apostamos por un modelo que hemos llamado ecosistémico por muchas razones y que también es integrador, feminista, respetuoso con los derechos humanos, sensible con el trauma. Significa ir pensando cómo cuidar y cuidarnos desde la palabra y en cada gesto. La escucha al propio cuerpo como brújula siempre, la comunicación no violenta como herramienta, el activismo como manera de redistribuir los privilegios.
“Se el cambio que quieras ver en el mundo” decía Ghandi. Hace años ya creamos esta escuela perinatal para reflexionar sobre todo lo que acontece en torno al inicio de la vida. En tiempos difíciles apostar por cuidarnos de manera colectiva, desde la escucha a las más vulnerables, poniendo a las diadas madre bebé en el centro, formándonos juntas y volviendo a los encuentros presenciales para seguir tejiendo los vínculos cercanos es lo que podemos hacer, pero no es poco ni pequeño.
Es un asunto central de nuestro modelo ecosistémico de comprensión de la salud mental. Si el sistema u organización favorece y permite que los profesionales sanitarios se quemen y desgasten, la atención a las usuarias no puede ser buena. Por eso rescato siempre esta cita que leí en un artículo publicado en el Journal of Perinatology: “En la UCIn (Unidad de Cuidados Intensivos neonatales) ideal, el apoyo psicosocial a padres y staff serán objetivos igual de importantes que la salud y el desarrollo de los bebés”. Aplicamos la idea no solo a la UCIn ideal, sino a todo el sistema sanitario: trabajar de forma saludable debe de ser un objetivo igual de importante que la salud de las usuarias.
Sin embargo, estamos a años luz de esa UCIn ideal y de cuidar como se merecen a tantas profesionales. Pensar en cómo nos cuidamos, en cómo pedimos ayuda, en cómo escuchamos lo que nos dice -y a veces grita- el cuerpo nos parece urgente para que este intento de mejorar la realidad no termine por enfermarnos.
Dice mi querida Pilar Gómez Ulla en su precioso texto ¿Quien cree en los milagros? que:
Somos pequeños y nos duelen las heridas, y nos sentimos asustados y solos. Somos grandes y sabemos compartir y sostenernos colectivamente.
Gracias a la vida. Ojalá muchas escuelas así.
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1 comentario en “Nuestra pequeña gran escuela perinatal”
¡Maravillosa y tan necesaria escuela! Que afortunada soy de haberos conocido y de haberme formado con vosotr@s. Un antes y un después en mi profesión (matrona). Gracias por tanto ❤️