Little Bird y el robo de niños en el patriarcado

Una de las características más ilustrativas del patriarcado es el robo de niños y niñas, el arrancamiento de las criaturas de sus madres, para otorgárselas al sistema patriarcal (en adopción o en compraventa a familias más ricas, etc). Esto ha ocurrido y ocurre en todas las sociedades patriarcales y con diversas formas, pero siempre se ceba con las madres pobres o en situación de mayor vulnerabilidad y exclusión y, sobre todo, con las madres insumisas: el sistema les pone un castigo ejemplar quitándoles o amenazándoles con quitarles sus hijos, enviando así un mensaje al resto: «si os atrevéis a incumplir las normas os pasará lo mismo». Ejemplos de esto los tenemos en el robo de bebés en casi todas las dictaduras, pero también en la forma en que los servicios sociales retiran en ocasiones las tutelas de menores sin que haya una situación que lo justifique.

A lo largo de mi vida profesional he atendido unos cuantos casos especialmente graves o dramáticos, de violencia institucional contra bebés lactantes y sus madres que fueron separados sin aviso previo y sin que se tuviera en cuenta las necesidades de los bebés de ser amamantados y estar junto a sus madres. Casos que requirieron informes urgentes, mucho apoyo y mucha movilización para lograr que volvieran a su casa. Algo que también hemos visto cuando una madre ha decidido parir en casa o no aceptar alguna recomendación médica…

En varias ocasiones me ha tocado explicar que una madre que amamanta durante meses o años merece ser felicitada y honrada por ello. Que una lactancia prolongada ya nos dice que esa madre ha estado presente y volcada en los cuidados, no se puede amamantar años sin poner el cuerpo y el alma, que la lactancia en si misma asegura una respuesta sensible al bebé o menor, que debería ser reconocida y valorada como un bien a proteger en si mismo.

Pese a ello se sigue repitiendo, la separación de menores lactantes por parte de los servicios sociales sin tener en cuenta la lactancia ni darle el mínimo valor. Y se siguen robando niños de familias siempre pobres, claro, nadie retira custodias a los ricos riquísimos.

Me ha gustado mucho esta serie, Little Bird, los niños robados, basada en hechos reales, que cuenta como en Canadá fueron robados miles de niños de familias nativas entre los años 60 y 80, lo que se conoce como Sixties Scoop. El robo lo hizo ¡el estado canadiense! con la excusa de «asimilar» a esos niños a la cultura imperante. Lo terrible es que no terminó en los ochenta, como señalan en la serie a día de hoy hay más niños indígenas tutelados que nunca. La serie muestra el modo de vida de aquellas comunidades nativas en Norteamérica, First Nation, muy vinculadas con sus criaturas y con la naturaleza.

La serie es muy delicada y cuidadosa, exquisita en fotografía y música. El documental Coming Home sobre cómo se rodó la serie me ha parecido aun mejor, porque explica el origen de esa delicadeza y cuidado: han sido en su mayoría personas indígenas las que han hecho la película, entendiéndola como una oportunidad para reparar las tremendas heridas que todo este robo dejó en sus comunidades. Es emocionante y muy potente y esperanzador.

Cuando veo noticias como esta, sobre la retirada de una bebé recién nacida de sus padres, y otras que me llegan de retiradas de tutela de bebés lactantes, se me llevan los demonios. Me parece una agresión y un dolor brutal para esas madres y familias. Si, claro que hay situaciones gravísimas en las que para proteger a un menor hay que separarlo de su familia. Pero he conocido muchos casos, demasiados, dónde la situación no era tal y lo que se estaba dando era un abuso de poder y una violencia institucional. Doblemente grave si pensamos que son precisamente los servicios de protección a la infancia los causantes de ese daño.

Os recomiendo la serie, está en filmin. Os dejo el trailer. Y os pido sigamos pensando como ayudar y acompañar a las familias más vulnerables sin revictimizarlas.

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2 comentarios en “Little Bird y el robo de niños en el patriarcado”

  1. Qué bien me ha venido leerte querida Ibone en este momento. Aún no he visto la serie. La veré con calma en cuanto pueda. Me da que invita mucho a la reflexión. Yo por defender que cada mujer elija cómo parir, dónde y con quién, ni siquiera hice una defensa acérrima del parto en casa porque no es lo que elegí para mí y para mi familia, he tenido que abandonar una asociación feminista. Compañeras me han llegado a insultar. Me parece tremendo que llegaran a alegar que parir en casa puede provocar que no se inscriba a los recién nacidos y que puede fomentar el tráfico de criaturas. Precisamente en maternidades a lo largo de toda la historia se han robado bebés a mujeres pobres, solteras, inmigrantes… a las más vulnerables. Y la misoginia interiorizada que hay detrás de estos argumentos absurdos. También me sorprende mucho que se ataque con esa vehemencia a las mujeres que deciden parir en casa. ¿Por qué no se critica y se denuncia a un sistema extremadamente violento que lleva a muchas mujeres a tener miedo a parir en un hospital? Gracias por contribuir a que todo esto vaya cambiando.

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