Ginny Liff es una obstetra británica que ha pasado su vida trabajando en Zimbabue. Dice Ginny que el año pasado, cuando me escuchó hablar de la psicología del parto y de la violencia obstétrica en las charlas que dí en Harare gracias a The Friendship Bench (y que conté aquí) algo en ella cambió. Decidió que iba intentar difundir esos conocimientos par erradicar el maltrato en el parto. Conoció entonces a las matronas que llevan en este país la White Ribbon Alliance y juntas pensaron que podían hacer. Ginny consiguió algo de financiación en Reino Unido y en enero empezaron a impartir una formación para matronas en «Respecftul Maternity Care», es decir, en atención respetuosa a la maternidad.
Reunieron al grupo de matronas cada dos semanas. Empezaron con un cuestionario en el que les preguntaban como trataban a las madres: la mayoría dijeron que muy bien. Luego les mostraron un video que habían grabado ellas mismas con un grupo de madres recientes que contaban sus experiencias en el parto. Muchas hablaban abiertamente del maltrato que habían sufrido. Tras lo cual comenzaron a darles bibliografía para lograr dos objetivos básicos: que las mujeres pudieran parir en la postura que les diera la gana, y que pudieran estar en todo momento acompañadas por quien ellas eligieran.
Además, les animaron a llevar un diario de campo, en el que cada una iría apuntando las situaciones que encontraran en su trabajo cotidiano. En las siguientes reuniones las matronas comentaban los diarios en el grupo. Una contaba: «llegó una madre cuyo bebé había fallecido antes de nacer. Antes yo le hubiera gritado: ¡¿Porqué no viniste antes?! Esta vez se lo pude preguntar sin gritar«.
A lo largo de estos siete meses las matronas han seguido trabajando duro para promover el cambio. Está habiendo un efecto contagio, y ya hay muchas otras que se quieren apuntar a la formación.
Ginny me convenció para volver a Harare. El sábado participé en la jornada del Asociación de Ginecólogos y Obstetras de Zimbabue monográfica sobre los cuidados centrados en la mujer. Hoy he impartido una jornada exclusiva para todas estas matronas.
Ha sido intenso y bonito. Mucho trabajo, muchas experiencias que necesitan compartir. El sufrimiento que acarrean motivado muchas veces por la falta de recursos. La mortalidad materna aqui es muy elevada. La edad media de las madres para tener el primer hijo lo dice todo: 19 años.
Para mi lo mágico sigue siendo el enorme poder de transformar la realidad que tenemos las mujeres. La cadena es infinita. Veo tantos lugares donde una sola persona dice «voy a hacer algo para erradicar el maltrato en el parto» y se pone a ello…Entre todas lo vamos logrando. Es esperanzador, necesario, mágico.
Podría contar muchas historias pero…estoy agotada. Un abrazo desde Harare.
1 comentario en “Las matronas de Zimbabue, contra la violencia obstétrica”
Desde El Salvador estamos capacitándonos y activando nuevamente las prácticas sanas del parto; es decir en casa y en la medida posible ‘mamiferizado’.