La prensa patriarcal me aburre

Lo confieso: he dejado de comprar periódicos.  Y mira que me gusta la prensa escrita. Pero es que últimamente cada vez me enfadaba más leyéndolos.  Cada día me hacían sentir más indignada o más bicho raro o ambas cosas. Los principales periódicos me parecen francamente patriarcales. Estoy cansada de ver como un día si y otro también los que opinan sobre todo lo humano y lo divino son hombres. A veces me pregunto como es posible que ellos, los hombres que se dicen progresistas, no parezcan darse cuenta ni mencionen esta obviedad. Hoy mismo, las secciones de opinión de El País y Público online muestran esto: de 14 blogs de opinión en El País dos están escritos por mujeres, en Público  cero de seis. Pero podemos hacer este ejercicio cualquier otro día del año: abrir los periódicos y contar simplemente, cuantos artículos destacados los escriben mujeres, cuantas buenas entrevistas son hechas a mujeres, cuantos premios se otorgan a mujeres, etc etc. Sería un trabajo muy bonito de hacer en la escuela, para ir abriendo los ojos de niños y niñas al mundo que les rodea.

Lo peor es que las mujeres sólo aparecemos sobrerrepresentadas en un apartado: la publicidad. Aunque a veces lo disfracen de «suplemento para mujeres» (que a mi  me resultan especialmente insultantes). Entonces si, no hay ningún problema en llenar páginas enteras publicitando cirugía plástica para mujeres, algo que en mi opinión va absolutamente en contra del elemental «Primun non nocere«, el principio de no hacer daño que debería primar en toda la medicina. O reportajes en los que se nos anima a utilizar esos bonitos (y carísimos) elementos de tortura para nuestros pies que son los zapatos de tacón alto, por no decir imposible,  con los que casi ningún hombre aguantaría más de cinco minutos. O todas esas campañas destinadas a recordarnos que más nos vale ir gastándonos nuestros cuartos en parecer más jóvenes, mas sexys, más delgadas, aspectos en los que nunca parece haber un límite.

Tal vez para recordarnos de donde viene esto, en cabecera de El Pais hoy viene una nueva campaña publicitaria que nos recuerda una de las canciones que marcaron nuestra infancia. ¿Os acordáis?:

Lunes antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar…porque tenía que planchar…tender…coser…planchar…barrer…cocinar…rezar.

Pero no, no se recuerda para criticar el terrible mensaje que se daba a las niñas de la época, sino para señalar que siempre podemos aspirar a algo mucho mejor: que nos toque la lotería. Lo dicho, prefiero no perder mi tiempo con la prensa patriarcal.