Estamos de mudanza: a un piso más pequeño, más humilde y más barato, pero con mucha luz y alegría. Despidiéndonos de la casa espléndida que alquilamos hace poco más de tres años. Durmiendo en la azotea y despertando al amanecer con la frescura. Precioso cielo de Madrid. Desapegándonos de lo material recordando las palabras de Casaldáliga: ser pobres para ser libres y ser libres para ser pobres. Celebrando todo lo aquí vivido después de un fin de semana apoteósico. Qué generosa la vida.
La mudanza es agotadora, como si por un extraño milagro se hubiesen multiplicado las cosas que amontonamos y nunca usamos. Me toca hacer infinidad de viajes al punto limpio municipal con el coche lleno de viejos enseres para tirar. Un domingo por la mañana me encuentro con que hay una larga fila de vehículos particulares en el punto limpio: todos llenos de muebles, electrodomésticos, ropa, etc, aguardando la cola para tirar. Medio Madrid debe de estar mudándose este caluroso agosto. La mayoría de esos objetos se podrían seguir utilizando perfectamente, pero no hay casi maneras de reciclar entre ciudadanos. Esa misma mañana me acerco a un supermercado a comprar pintura y me encuentro con las mismas filas, cantidad de gente llenando sus carros de compras esperando para pagar. Llenar y vaciar carros y coches, usar y tirar, comprar para luego abandonar. Tragar y vomitar, infinita bulimia capitalista. Por un instante me entra el agobio sintiéndome hormiga en una gigantesca cadena de seres humanos que se dedica a consumir, comprar, usar, tirar, gastar, como si los recursos de la tierra no tuvieran fin. ¿Cómo hemos llegado aquí?¿Hasta cuando? ¿Porqué no estoy en el monte en vez de ser parte de estas absurdas filas de consumistas domingueros? ¿Para qué tanto comprar?
6 comentarios en “Moving”
Y en realidad, para vivir se necesita tan poco. Que parece una obviedad tremenda, pero no es más que la pura verdad.
Por eso es mejor pensar mucho lo que compramos ¿de verdad nos hace falta? pero de verdad de la buena eh. Yo creo que la mitad de las cosas que compramos no nos hacen falta.
es verdad que casi no hay forma de reciclar entre ciudadanos, que las cosas que no usamos, aunque estén casi nuevas, terminan en la basura porque sino nos quedamos sin sitio para nada, incluso para nosotros. Por esto, y porque no tengo otra cosa que hacer, voy a montar una tienda para reutilizar las cosas de los niños que se quedan nuevas. Menos tirar y más reciclar!!!!
En Reino Unido existen iniciativas locales en muchos sitios para reciclar entre ciudadanos. Son grupos de Yahoo que funcionan por barrios donde se cuelga en la red lo que se quiere tirar y si a alguien le interesa se pone en contacto con la persona que regala lo que sea y se ponen de acuerdo para ir a buscarlo.
Yo se de gente que ha conseguido camas y hasta sofaes gratis de gente que, por un motivo o por otro, ya no los querían.
Debería haber mas iniciativas como esta…
felicidades, has encontrado esa decripción que tanto anhelaba: bulimia capitalista = cuando consumes para vomitarlo al poco tiempo apenas utilizado.
me quedo con esa frase. eres un genio.
Comprar en si no es malo, si solo es un medio para disfrutar de tus sueños. El problema aparece cuando se convierte en un fin.
Carla
http://www.lasbolaschinas.com