Este fin de semana me he leído el libro de la filosófa francesa Elisabeth Badinter «La mujer y la madre«. En la portada el subtítulo promete: «Un libro polémico sobre la maternidad como nueva forma de exclavitud» .»200.000 ejemplares vendidos en Francia».
Badinter que se presenta a si misma como filósofa y «reconocida lider feminista» plantea que entre la promoción de la lactancia materna es en realidad una manera de retroceder y devolver a las mujeres al hogar. Entre otras, cito textualmente: «La batalla de la leche: la lactancia está en el centro de la revolución maternal a la cual asisitimos desde hace veinte años…. Expresa una filosofía de la maternidad que condiciona el estatus de la mujer y su papel en la sociedad (p86). Se recuerda las madres que sus senos pertenecen principalmente a su bebé y que han sido creados para alimentar (p 89). La conclusión es inapelable: la buena madre es la que amamanta (p92)»
Acusa a ecologistas, feministas de la diferencia, pediatras y muy especialmente a psiquiatras infantiles de culpabilizar a las madres y someterlas a eso que ella llama nueva forma de exclavitud cada vez que hablamos de las necesidades afectivas de los bebés. A los pediatras les acusa de exagerar las virtudes de la lactancia. Se ensaña especialmente contra La liga de la Leche (y supongo que demás grupos de apoyo): «Queda claro: las mujeres de la liga están en guerra con el biberon y las horribles leches en polvo, las guarderias y en consecuencia el trabajo de las mamas» (p95). A todas y todos nos mete (me siento aludida) en un mismo saco tachándonos repetidamente de radicales, militantes, fanáticas, etc.
Según ella para los defensores de la lactancia: «la mejor solución para la madre y el hijo es sin duda el regreso de la mujer al hogar«(p 97). Los hombres no han necesitado mover ni un dedo: es el inocente bebe, a pesar suyo, quien se ha convertido en el mejor aliado de la dominacion masculina» (pag 122). «Promover la lactancia a demanda y tanto tiempo como el niño desee se convierte simplemente en privar a la madre de tiempo para ella» (pag 133)
Concluye: «los hombres más machistas pueden estar contentos: el final de su dominio no está previsto para mañana. Ellos han ganado la guerra subterránea sin tomar las armas, sin decir siquiera una palabra: los partidarios del maternalismo se han encargado de ello» (pag 139) . Solo le ha faltado acusarnos de violentos: «El regreso con fuerza del naturalismo, que realza de nuevo el concepto muy trasnochado del instinto maternal y elogia el masoquismo y el sacrifico femenino constituye el peor peligro para la emancipación de las mujeres y la igualdad de lo sexos«.
La verdad es que el libro me ha gustado mucho. Se lee muy bien y estoy de acuerdo con ella en una idea: lo difícil que es ser madre hoy en día y el nivel de exigencia altísimo que nuestra sociedad pone en las madres junto con la escasez de apoyos. Del resto no comparto practicamente nada de lo que dice, pero me ha resultado absolutamente estimulante encontrar en un sólo texto todos los prejuicios más rancios y obsoletos y en mi opinión absolutamente machistas sobre la lactancia. Me ha estimulado tanto que ya he comenzado a trabajar en un texto respondiendo a Badinter, a la que voy a tener que agradecerle la sinceridad con la que ha hablado y juzgado a tantísimas madres y profesionales sin, en mi opinión, tener ni idea.
Por que me parece llamativo que afirme con semejante vehemencia todo esto sin al parecer estar en contacto cotidiano con muchas madres de todo tipo, sin haberse acercado desde una posición de respeto a los grupos de madres. Increíble que se permita desechar la evidencia científica con absoluta desfachatez y que encima nos tache de machistas a los que promovemos la lactancia cuando ella asegura que las mujeres occidentales ¡se desembarazaron del patriarcado en los años 70!
No Badinter, creo que aún nos quedan varios siglos por delante hasta que logremos salir del patriarcado. Mientras tanto seguiremos teniendo que escuchar como se juzga a las madres desde absolutamente todos los frentes, aunque creo que nos escuece un poquito más cuando las que nos juzgan se dicen feministas. ¡Con amigas como estas no necesitamos enemigas!
24 comentarios en “La mujer y la madre, de E. Badinter”
Te agradezco tanto esta reflexión Ibone.
Me lo acabo de leer, bueno tengo que confesar que lo dejé de leer porque me despertó muchas heridas en cuanto a prejuicios, y sobre todo la falta de sensibilidad hacia las madres que desean amamantar, y las necesidades del bebé.
Gracias! Pensé que me había vuelto “‘machista”
Alguien que pueda decir donde consigo el libro, en México no hay en ninguna librería.
Espero con ganas tu texto en respuesta a E. Badinter.
De momento esta entrada me ha parecido de aplauso.
Yo no me he leído su libro y ni lo voy a hacer, la verdad. Otro bestseller que no vale ni para calzar una mesa.
Gracias!
a mí lo que me da pena es que si no pensamos como las radi, no somos feministas y el patriarcado nos tiene comido el seso…
todo es dinero, y quien no se dé cuenta es que no vive en el mundo
Muy inteligente blog. Leí a Badinter cuando publicó hace varios años su libro que se
tradujo como «El amor maternal no existe». Me gusta mucho. Es cierto, en gran medida se puede considerar que Simone de Beauvoir permitió que aflorara mucho del sentir femenino, reprimido en muchas de nosotras. Supongo que no necesariamente en todas. Beauvoir abre muchas puertas. Badinter fluye con la clara estructura del pensamiento francés con el tema mas difícil de los que nos concierne. La maternidad.
Las implicancias sociales y económicas del tema hace que cuanto se diga al respecto
alarme, desafíe, confunda. Creo que ser madres y realizarnos en nuestras profesiones o la actividad que elijamos no son incompatibles. Tengo cuatro hijos, me divorcié cuando el menor tenía cuatro meses. Lo hice. Me gustó y salió bien. No fuí «el arquetipo madre» desde ya. Mis hijos jamás se han quejado. No tengo hijas, quizás influya. Lo pintoresco – o una forma de protesta – es que uno de mis hijos eligió como pareja a una maestra jardinera y me descartó como abuela. Eligió a su padre. Yo estoy encantada. El vale por dos abuelos y no podía ser padre y realizarse profesionalmente. El entorno pesa más de lo que debiera e impide ver que no hay reglas ni roles tan rígidos. Me gustó ser madre y me siento muy cómoda siendo mujer y profesional. Paises, culturas, eso debe generar mas problemas quizás.
Lo único que tengo claro es que seremos iguales solo si dejamos de ser mujeres, y no se si estamos dispuesta a ello (espero que no). Muchas mujeres han renunciado a ser madres a criar a sus hijos como hubieran querido por la tan anhelada igualdad y esto nos ha alejado de lo que somos en esencia. Si aquello no funcionó debemos buscar otra vía (la tercera como la de los economistas) que nos permita conjugar lo que somos y lo que queremos ser.
Gracias Ibone
Me leí el libro de la Badinter, y saqué una frase que me gustó, venía a decir que nuestras hijas, hagamos lo que hagamos, siempre nos criticarán: si dimos teta más de dos años «mi madre, fíjate, qué pesada», si no la dimos » mi madre, no me quiso dar teta suficientemente». Algo así venía a decir. El caso es que me gustó porque es la realidad, no hacemos nada porque nuestros hijos nos lo agradezcan, lo hacemos porque DESEAMOS hacerlo, el deseo es el que mueve el mundo, y la Badinter no se ha enterado aún. Ya puede decir lo que quiera mi hijo de mí, estará en su derecho y tendrá su propio trabajito, como todos. Yo estoy tan tranquila, hago lo que deseo y soy coherente con ello.
Hola Ibone, genial tu blog. Mi nombre es Jimmy, soy médico y creo que por tus contribuciones, sería genial puedas tener cuenta en twitter (en caso no la tengas aún).
Estoy seguro que las personas que te seguimos seremos los más felices.
Un saludo cordial
Hola Jimmy. Gracias, pero lo de twitter ya lo intenté un tiempito y desistí, no le pillé la gracia y me borré. ¡Saludos!
¡Pobre Badinter! Se ve que no la habrá amamantado su madre…o no habrá podido amamantar a sus hijos si los tiene…
Sobre Badinter hay mucho que decir. En primer lugar que ella es millonaria por casa (su padre era el propietario de la cuarta empresa de comunicación del mundo). Ahora ella es la heredera y se la acusa de tener entre sus clientes a grandes firmas de pañales y leches en polvo. Digamos que puede haber conflicto de interés. Si tu cliente es Nestlé no lo vas a poner a caldo. Y de cualquier manera, cuando ella habla de mujer, lo hace de la mujer formada en la élite económica. O lo que es lo mismo, que ella estudió filosofía motivada por la vocación sabiendo que jamás le iba a faltar un duro para vivir; pero es innegable que el 95 % de las mujeres no comparten su nivel económico ni la realización en el trabajo. A partir de ahí, su discurso es simplista y niega la mayor. Para que una mujer materne, un hombre ha de aceptar dejar de ser maternado por su pareja. Son relaciones mucho más igualitarias. Sobre la vida emocional del niño, me gustaría oir a sus hijos.
Es muy interesante lo que apuntas, no he leído a Badinter y apenas me estoy empapando para el doc con este tema que me tiene muy impresionada, soy madre y feminista.
Si de verdad cree que dar de mamar es una esclavitud es que nunca se ha puesto un bebé al pecho y ha decidido producir leche para él mientras disfruta de una fusión que no se puede comparar con nada. Me da pena que piense así, pero por ella (y por quien le haga caso).
En la «Rebelión en la granja» los cerdos terminaron vistiendo como hombres, viviendo en la casa y explotando a los animales. En la revolución feminista las feministas terminaron comportándose como hombres y desfemineizando a las mujeres y convirtiéndolas en productoras dependientes como máximo alarde de independencia (deliciosa paradoja).
La incesante falacia que no distingue entre liberación femenina y servilismo al mercado. El patriarcado triunfó, incluso en orientar nuestras supuestas causas de lucha femenina.
la pobre Badinter parece que todavía no se ha enterado que se puede dar el pecho en cualquier lugar del mundo, dentro o fuera de casa, en reuniones, en el avión, o solo por las noches, cada una como quiera. ¿Quién sigue pensando que para dar el pecho hay que estar atada dentro de casa? Me parece que está mezclando mucho, y además ignora que hay madres que son dueñas de su vida y a la vez amamantan, quien lo diría 🙂 y encima no lo ven como un sacrificio impuesto!
Ay, la Badinter….. gracias a ella empecé mis andadas por internet, ja,ja,ja… si quieres, Ibone, échalé un vistazo al debate que sé creo al respecto en el blog de Ileana: http://www.tenemostetas.com/2010/05/polemica-tenemos-tetas-una-mama.html, que empieza con el genial artículo de Ileana «Elisabeth Badinter, las claves del debate. Como todo lo que sale de Tenemos Tetas, no tiene desperdicio.
Yo creo que Badinter no es más que otra de las caras del patriarcado, ese tan asustado de que las mujeres recuperemos nuestra naturaleza femenina en su totalidad, lo que nos convertiría en incontrolables.
Al principio me daba rabia, ahora me da pena porque lo que veo es una mujer que, tras renunciar a su naturaleza, no encuentra otro camino que el de convencer a las demás de que hacer esto es libertad. Pensar que mujeres inteligentes como la Badinter están tan heridas – y, por lo tanto, perdidas – que en lugar de luchar por el fin del patriarcado se dedican a alimentarlo me da realmente pena. Y encima creyendo que hacen lo contrario!
Sólo nos queda seguir viviendo y escribiendo lo que creemos: que la maternidad es un placer, no un sacrificio, pero para ello nos tenemos que liberar precisamente de toda esta ideología rancia, machista y antifemenina que nos obliga a renunciar a lo que somos para poder ser personas respetadas y libres en la sociedad en la que vivimos.
María,
A mí me pasó lo mismo al leer a Badinter, la sentí como herida…o resentida, como si ella no hubiese podido con este tema, consigo misma frente a esto que ella llama «conflicto». Y la forma de no sentirse tan mal es convencerse y convencer a otras de que está mal amamantar, o que vas a ser una «esclava» de tu hijo. Tal vez ella se sentía así…
Me ha encantado tu comentario, estoy totalmente de acuerdo contigo. Besos 🙂
Que belleza, ¡gracias!
Opino que nos han hecho confundir la liberación de la mujer con la entrega de nuestra feminidad al capital…ya, que suena muy radical, yo lo veo así, hemos creado durante años un personaje competente y eficaz en los mercados, le entregamos al capital la energía que la naturaleza nos da para parir, y hoy ya pocas pueden parir. ¿Qué es la emancipación de la mujer? ¿qué es la independencia economica? entregar nuestra energía a los mercados. ¿Cabe la maternidad aquí? ¿la maternidad vivida de forma consciente, intuitiva, natural? tenemos derecho a salarios iguales, a jornadas iguales, pero ahora, además de ser madres con toda la energía que eso conlleva, la sociedad nos obliga a traer dinero a casa. No creo que a voces como la de Gallardón les convenga que la mujer vuelva a casa a criar los hijos, les conviene dividirnos, y que tanto hombre como mujer tengan unos empleos «de mierda» y no puedan responsabilizarse de la crianza de sus hij@s.
Si, siempre que hablan de fomentar la natalidad es para poder seguir manteniendo el sistema de pensiones…Con lo cual te quedas pensando que es eso, una petición d euqe demos nuestra energía a los mercados como dices Ana. Pues que baje la natalidad todo lo que tenga que bajar, no a la maternidad impuesta y sin deseo, si a que cada una elija libremente, y si somos menos también contaminaremos menos…
Espero con avidez tu texto.
Yo no he leído el libro de la Badinter, pero estoy intentado leer a trozos, a la Beauvoir, su directa antecedente, y antecedente de todo el feminismo que ha visto los procesos maternales como un OBSTÁCULO para la realización individual de las mujeres.
La Beuvoir dice cosas como estas por ejemplo:
«Muchas secreciones ováricas tienen su finalidad en el óvulo, en su maduración, en la adaptación del útero a sus necesidades: para el conjunto del organismo, son un factor de desequilibrio antes que de regulación; la mujer se adapta a las necesidades del óvulo más bien que a ella misma. Desde la pubertad hasta la menopausia, la mujer es sede de una historia que se desarrolla en ella y que no la concierne personalmente.
Los anglosajones llaman a la menstruación the curse, es decir, «la maldición»; y, en efecto, en el ciclo menstrual no hay ninguna finalidad individual.»
Aunque bueno, con la Beuvoir, uno podría pensar que es hija de su tiempo. Aunque OJO, no le quito el mérito y es digna de ser releída, porque dicen cosas muy interesantes e inspiradoras.
En su día, a partir de una entrevista a la Badinter, yo escribí este artículo, te lo dejo por aquí porque viene a cuento:
http://www.tenemostetas.com/2010/05/elisabeth-badinter-las-claves-del.html
A partir de ese artículo mío, se generó una polémica con otra bloguera, que alimenté deliberadamente con la intención de hacer una polémica seria y con valor periodístico, que no sé si al final conseguimos, pero también dejo el enlace por aquí para quien pueda interesar:
http://www.tenemostetas.com/2010/06/pueden-tener-derechos-los-bebes.html
Abrazos grandes!!!
gracias Ileana, en su dia lei tu post pero acabo de descubrir que hubo muchos más, los leeré con calma. A mi de Simone de Beauvoir me han gustado muchas cosas, especialmente algunas novelas, como Los mandarines creo recordar, y El segundo sexo tiene partes estupendas aunque ya no recuerdo bien, hace muchisimos años que lo lei. Yo estoy infinitamente agradecida a todas las pioneras feministas, y las que les siguieron. Creo que a muchas les ha faltado el reconocimiento que merecían, no digamos ya las feministas de nuestro país. A veces pienso que esa falta de reconocimiento puede estar propiciando el recelo con que miran a veces las cosas que decimos las que nos sentimos feministas a día de hoy…