PALABRA DE MADRE - EL PODER DE LA MATERNIDAD
INVIERNO DE 2019
Lo hice lo mejor que pude. Intento recordarme esta frase a mí misma cada vez que me invade la sensación de no haber sido una buena madre. Un sentimiento que en los últimos tiempos se ha acrecentado, coincidiendo con la llegada de la mayoría de edad de mi hija pequeña. Mis tres hijos son ya, oficialmente, adultos. Seguro que la crianza terminó hace bastante, pero yo no sabría decir en qué momento.
¿Cuándo finaliza el trabajo de una madre? ¿Cómo sabe una que terminó la tarea? ¿Acaso se acaba alguna vez? El final de la crianza no está marcado en ningún calendario, no sabemos con certeza en qué instante dejamos de criar. Por eso, tal vez, el día en que nuestros hijos pequeños se convierten en adultos lleva esa carga simbólica: ya está, finito, no hay que criar más. Son, definitiva e irreversiblemente, adultos.
Ibone Olza