«Happiness is a choice«: la felicidad es una elección, me dice mi amigo Zak. «Y yo elijo sonreir» añade.

Zak es africano y pasó catorce años cruzando Africa a pie, de país en país, sin pasaporte, dejó atrás su país siendo aun un chaval. Llegó en patera hace unos años y aquí sigue, regalando sonrisas a diario en la puerta de un supermercado madrileño. Los vecinos del barrio apenas nos conocemos entre nosotros, pero él nos conoce a casi todos  y nos va contando las pequeñas historias de los demás. Probablemente sea una de las personas más queridas del barrio.

Sostiene Zak que esto no es una crisis y que los europeos no sabemos apreciar lo que tenemos, ni sabemos lo que decimos. Que cómo podemos hablar de crisis si apenas conocemos lo que es el sufrimiento, el horror de la guerra, el hambre, la miseria y la enfermedad. Le escucho después de salir de otra de esas charlas en el centro público donde estudian mis hijos. La profesora nos ha explicado a los padres con todo detalle las normas y disciplina,una vez más, y se ha vuelto a lamentar de lo durísimo que es tener ¡29! alumnos en clase. Ni una palabra sobre motivación, contenidos, disfrute, imaginación, creatividad o alegría. Lo mismo en mi trabajo en el hospital, por todas partes quejas. Las urgencias a rebosar de gente que desea morirse, o intoxicarse hasta perder el conocimiento para no despertar.

Escucho en silencio todas las quejas y no sé que decir. Me resisto, no quiero caer en la queja yo también. Saldría a la calle a manifestarme por las niñas que no pueden estudiar en el mundo si eso sirviera de algo, o para reclamar un mismo pasaporte para todos los seres humanos. Opto por seguir haciendo mi trabajo lo mejor que sé, por consolar, por seguir estudiando, y sobre todo por disfrutar. No renunciaré a la alegría, a la celebración de estar viva cada día.  Elijo sonreír.

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14 comentarios en “Elijo sonreír”

  1. Pingback: Tiempo de silencio | Ibone Olza

  2. Gracias por sacarnos una sonrisa y mostrarnos otros puntos de vista.

    A mi hay una frase de una película que me gusta especialmente «Cadena Perpetua» de Tim Robbins y Morgan Freeman, en la cual a Robbins lo condenan injustamente por un crimen que no ha cometido y Freeman le pregunta cómo puede soportarlo, él contesta: «Empeñarse en morir o empeñarse en vivir, yo elijo lo segundo». Yo también elijo sonreir.

  3. Ésta es una de las cosas que nos hace falta. Escuchar las voces alegres, sonrientes y alentadoras, para que la confianza en la vida (y la humanidad es parte de ella, aunque a veces cueste creerlo) no desaparezca. La queja está bien si sirve para desahogarse, pero no si se utiliza para instalarse.
    Hay un poder invisible y callado: hacer lo que toque hacer cada día con la mejor sonrisa desde el corazón, es contagiosa y se expande.

  4. Vivimos en una sociedad tóxica dónde la alegría y la felicidad depende de factores externos. La falta de conexión con la naturaleza y con nuestro Ser nos lleva a una huida hacia Lo material y hacia un hedonismo egoísta y superfluo. Las pequeñas alegrías sé subestiman y la búsqueda de grandes extasis sé sobrevalora. Todo es más sencillo, siento y pienso, y una sonrisa puede cambiar el mundo. El valor del silencio interior es motivo de una sonrisa al mundo, de una alegría sin límites y condiciones. Gracias Ibone por tus palabras, ojalá sonrisa a sonrisa cambiemos el mundo, está a nuestro alcance y la crisis sé disiparia cómo un espejismo en este desierto materialista.

  5. ALGUIEN QUE A MENUDO ESTA TRISTE POR COSAS DE SU EXISTIR
    PERO QUE EL MUNDO LE HA REGALADO MUCHO. AUNQUE CADA DIA ESTA AL TANTO DE DE ESTAS HISTORIAS QUE DESPLOMAN PERO QUE HAY TANTO HERMOSO PARA APRENDER DE ELLAS.

  6. María Isabel Rueda Mateos

    Gracias porque especialmente esta mañana necesitaba este despertar al agradecimiento por todo de lo que hoy puedo disfrutar. Acabas de cambiar mi ánimo derrumbado por la ilusión de vivir el día de hoy disfrutando.

  7. Gracias Ibone, cada día disfruto más leyendote. Tus dosis de humanidad y de cordura ayudan mucho a no dejarnos llevar por la marea de mierda que sacude a occidente.
    Siento no saber expresarme mejor en este momento, sólo decirte que comparto totalmente lo que dices en este post.

  8. Gracias Ibone por tan hermoso relato , aquí en puerto Rico tambien estamos pasando muchas cosas> A veces siendo madre de tres me deprimo pensando en lo que esta pasandoy escuchando todas las quejas a veces hago coro. Por mis hijos eligo sonreir

  9. Gracias Ibone, gracias. Quizá a la profesora le vendría bien cruzar un país africano a pie y a los 29 alumnos pasar tiempo con Zak, gran maestro. Pero este nuestro país es demasiado ortopédico para eso.
    Esto me trae al recuerdo este párrafo del historiador Howard Zinn, que os comparto:
    «Un optimista no es necesariamente un risueño despistado, cantando tiernamente en la penumbra de nuestros tiempos. Tener esperanza en la adversidad no es una simple necedad romántica. Se fundamenta en que la historia de la humanidad no se basa solamente en la crueldad, sino también en la compasión, el sacrificio, el valor y la virtud. Lo que decidamos enfatizar en esta sinuosa historia determinará nuestras vidas. Si solo vemos lo peor, se derrumba nuestra capacidad de actuar. El recordar tiempos y lugares, y son muchos, donde la gente se ha comportado dignamente, nos da la voluntad de actuar, y por lo menos la posibilidad de virar este mundo-peonza en una diferente trayectoria. Y si actuamos, aun mínimamente, no tenemos que esperar un espléndido futuro utópico. El futuro es una sucesión infinita de presentes, y vivir hoy tal como creemos que la gente debe vivir, en desafío total ante el mal que nos rodea, es en sí una victoria extraordinaria»

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